Uranio empobrecido

Un técnico utiliza un tanque reconvertido de cañones antiaéreos Gepard (izda.) para mover otro tanque de cañones antiaéreos Gepard (dcha.) que perteneció al Bundeswehr en la empresa Battle Tank Dismantling GmbH Koch el 23 de abril de 2014 en Edeleben, Alemania. Desde principios de la década de 1990, la empresa ha desmantelado más de 15.000 carros de combate y otros vehículos blindados, procedentes de arsenales alemanes, austriacos, franceses y de otros países europeos, a medida que muchas naciones reducen sus fuerzas militares de acuerdo con el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa. (Foto de Jens Schlueter/Getty Images)

El uranio empobrecido (DU) es un metal pesado tóxico y el principal subproducto del enriquecimiento del uranio. Es la sustancia que queda cuando se extraen la mayoría de los isótopos altamente radiactivos del uranio para utilizarlos como combustible nuclear o para armas nucleares. El uranio empobrecido posee las mismas propiedades de toxicidad química que el uranio, aunque su toxicidad radiológica es menor.

Debido a su alta densidad, que es aproximadamente el doble de la del plomo, el uranio empobrecido se ha utilizado en municiones diseñadas para penetrar blindajes. También puede utilizarse para reforzar vehículos militares, como los tanques. Las municiones que contienen uranio empobrecido explotan al impactar y liberan polvo de óxido de uranio.

A raíz de los conflictos de la década de 1990, se ha prestado mayor atención a los posibles efectos sobre la salud y el medio ambiente del uso de armamento y municiones que contienen uranio empobrecido.

La Asamblea General abordó el asunto por primera vez en 2007 y, desde 2008, lo ha tratado cada dos años.

El Secretario General, en sus informes sobre el tema, se esfuerza por incluir la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Organismo Internacional de Energía Atómica.

Salud pública y preocupaciones medioambientales

Diversas organizaciones internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud, han realizado estudios sobre los efectos potenciales del uranio empobrecido en los seres humanos y el medio ambiente.

El Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) sigue revisando la información más reciente de la literatura científica sobre los efectos en los seres humanos de la exposición interna por inhalación o ingestión de uranio, incluido el uranio empobrecido. El UNSCEAR ha llegado a la conclusión de que no se ha encontrado ninguna patología clínicamente significativa relacionada con la exposición a la radiación del uranio empobrecido (Véase A/71/139).

Informes a la Asamblea General del Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas

En los estudios en los que participó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA ), el riesgo radiológico resultante para el público y el medio ambiente no fue significativo en las situaciones en las que el uranio empobrecido se observa en forma de contaminación localizada del medio ambiente por pequeñas partículas resultantes de los impactos.

Sin embargo, en las situaciones en las que se encontraron fragmentos o municiones completas de uranio empobrecido, existe un riesgo potencial de efectos radiológicos para las personas que entren en contacto directo con dichos fragmentos o municiones.

Este riesgo puede ser mitigado por las autoridades nacionales mediante la aplicación de contramedidas tan sencillas como la recogida, el almacenamiento y la eliminación de dichos fragmentos.

Sin embargo, en un entorno post-conflicto, la presencia de residuos de uranio empobrecido puede aumentar aún más la ansiedad de las poblaciones locales. Los resultados de las evaluaciones radiológicas realizadas por el OIEA en cooperación con el PNUMA y la OMS proporcionan la base para tranquilizar a la población.