Brazos convencionales

Variedad de armas pequeñas y ligeras entregadas durante el Programa de Desarme de Grupos Armados Ilegales en Kabul, Afganistán, en 2008. Crédito de la foto: UN Photo/Shafiqullah Waak

Las armas convencionales son armas distintas de las armas de destrucción masiva. Son las armas más conocidas y utilizadas en situaciones de conflicto y delincuencia y abarcan una amplia gama de equipos, como carros de combate, vehículos blindados de combate, sistemas de artillería de gran calibre, aviones de combate y vehículos aéreos de combate no tripulados (UCAV), helicópteros de ataque, buques de guerra, misiles y lanzamisiles, minas terrestres, municiones de racimo, armas pequeñas y armas ligeras y munición.

La Carta de la ONU no prohíbe a sus Estados miembros poseer y utilizar armas convencionales cuando se hace de conformidad con el derecho internacional. Ésta es la razón por la que los términos "control de armamentos" y "limitación de armamentos" se utilizan con más frecuencia que "desarme" cuando se refieren a las armas convencionales.

Sin embargo, algunas armas convencionales pueden causar preocupación humanitaria, bien por la forma en que se utilizan o pueden utilizarse, bien por su diseño, que las hace incompatibles con el derecho internacional humanitario. Ya en el siglo XIX se realizaron los primeros esfuerzos para abordar este tipo de preocupaciones. Un ejemplo más reciente de normas y limitaciones jurídicamente vinculantes en el uso de armas convencionales es la Convención de 1980 sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados y sus protocolos, que abarcan lo siguiente: fragmentos no detectables; minas, armas trampa y otros artefactos; armas incendiarias; armas láser cegadoras y restos explosivos de guerra.

Algunas armas convencionales, como las minas terrestres antipersona o las municiones de racimo, son intrínsecamente indiscriminadas y causan daños humanitarios inaceptables. Por estas razones, los Estados han acordado su prohibición total y su eliminación, como en el caso de la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción de 1997 y la Convención sobre Municiones en Racimo de 2008. Los esfuerzos para regular adecuadamente otras cuestiones relacionadas con las armas convencionales, como las armas explosivas en zonas pobladas (EWIPA, por sus siglas en inglés), los artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés), así como la munición, se están estudiando en varios foros multilaterales, incluida la Asamblea General de la ONU. La UNODA sigue apoyando a los Estados miembros en sus esfuerzos por abordar estas cuestiones.

Los marcos normativos globales para el comercio y el uso de armas convencionales son relativamente recientes e incluyen:
TCA (2013)

Tratado sobre el Comercio de Armas

Programa de Acción de las Naciones Unidas (2001)

Programa de Acción para prevenir, combatir y eliminar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos

ITI (2005)

Instrumento internacional de localización para permitir a los Estados identificar y rastrear, de forma oportuna y fiable, las armas pequeñas y ligeras ilícitas

Protocolo sobre armas de fuego (2001)

Protocolo de la ONU contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones

La transparencia en materia de armamento es también una medida normativa para fomentar la confianza y disminuir los incidentes de tensión entre los Estados. En este sentido, existen dos instrumentos globales para los que la UNODA mantiene bases de datos electrónicas públicas:

Abordar la cuestión del gasto militar es importante no sólo en el contexto de la creación de confianza para desescalar crisis y conflictos, sino también para establecer un equilibrio entre dicho gasto y la asignación equitativa de recursos a otras áreas del desarrollo socioeconómico.

Tras la adopción en 2015 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye la Meta 16.4. para la reducción significativa de los flujos ilícitos de armas para 2030, la UNODA, junto con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) han actuado como organismos custodios de esta meta y de su indicador.

La integración de la perspectiva de género en el control de armas convencionales es una cuestión transversal dentro de la acción de toda la AOD en materia de género. A través de recursos extrapresupuestarios, la Subdivisión de Armas Convencionales de la ONUDD apoya a los Estados en el desarrollo de las capacidades de los funcionarios nacionales para la integración efectiva de las dimensiones de género en las políticas y programas de control de armas pequeñas y municiones.