Armas biológicas

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Las armas biológicas diseminan organismos o toxinas causantes de enfermedades para dañar o matar a seres humanos, animales o plantas. Pueden ser mortales y altamente contagiosas. Las enfermedades causadas por este tipo de armas no se limitarían a las fronteras nacionales y podrían propagarse rápidamente por todo el mundo. Las consecuencias de la liberación deliberada de agentes biológicos o toxinas por parte de actores estatales o no estatales podrían ser dramáticas.

La Convención sobre Armas Biológicas (CAB) prohíbe de forma efectiva el desarrollo, la producción, la adquisición, la transferencia, el almacenamiento y el uso de armas biológicas y toxínicas. Fue el primer tratado multilateral de desarme que prohibió toda una categoría de armas de destrucción masiva (ADM). Las actividades de la Unidad de Apoyo a la Aplicación apoyan los esfuerzos para reforzar la aplicación de la Convención.

¿Qué son las armas biológicas?

Las armas biológicas diseminan organismos o toxinas causantes de enfermedades para dañar o matar a seres humanos, animales o plantas.
Generalmente constan de dos partes: un agente armado y un mecanismo de suministro. Además de las aplicaciones militares estratégicas o tácticas, las armas biológicas pueden utilizarse para asesinatos políticos, la infección de ganado o productos agrícolas para causar escasez de alimentos y pérdidas económicas, la creación de catástrofes medioambientales y la introducción de la enfermedad generalizada, el miedo y la desconfianza entre el público.

Agente armado

Casi cualquier organismo causante de enfermedades (como bacterias, virus, hongos, priones o rickettsias) o toxina (venenos derivados de animales, plantas o microorganismos, o sustancias similares producidas sintéticamente) puede utilizarse en armas biológicas. Los agentes pueden mejorarse a partir de su estado natural para hacerlos más adecuados para su producción masiva, almacenamiento y diseminación como armas. Los programas históricos de armas biológicas han incluido esfuerzos para producir: aflatoxina; ántrax; toxina botulínica; fiebre aftosa; muermo; peste; fiebre Q; explosión del arroz; ricina; fiebre maculosa de las Montañas Rocosas; viruela; y tularemia, entre otros.

Mecanismo de lanzamiento

Los sistemas vectores de las armas biológicas pueden adoptar diversas formas. Los programas anteriores han construido misiles, bombas, granadas de mano y cohetes para lanzar armas biológicas. Varios programas también diseñaron tanques pulverizadores para ser instalados en aviones, coches, camiones y barcos. También se han documentado esfuerzos para desarrollar dispositivos de lanzamiento para asesinatos u operaciones de sabotaje, incluyendo una variedad de aerosoles, cepillos y sistemas de inyección, así como medios para contaminar alimentos y ropa.

Avances tecnológicos

Además de la preocupación de que las armas biológicas puedan ser desarrolladas o utilizadas por los Estados, los recientes avances tecnológicos podrían aumentar la probabilidad de que estas armas sean adquiridas o producidas por actores no estatales, incluyendo individuos u organizaciones terroristas. Para más información sobre los recientes avances científicos y tecnológicos relevantes para la Convención, pulse aquí. El siglo XX fue testigo del uso de armas biológicas por parte de individuos y grupos que cometían actos criminales o asesinatos selectivos, de la guerra biológica llevada a cabo por Estados y de la liberación accidental de agentes patógenos procedentes de laboratorios. También se produjeron falsas acusaciones de uso de armas biológicas, lo que pone de manifiesto la dificultad de diferenciar entre las enfermedades que se producen de forma natural, los accidentes y el uso deliberado.

Suceso biológico

En la práctica, si se produjera un acontecimiento sospechoso de enfermedad, sería difícil determinar si fue causado por la naturaleza, un accidente, un sabotaje o un acto de guerra biológica o terrorismo. En consecuencia, la respuesta a un acontecimiento biológico, ya sea natural, accidental o deliberado, implicaría la coordinación de actores de muchos sectores que, juntos, poseen la capacidad de determinar la causa y atribuirla a una fuente específica. Del mismo modo, la preparación y prevención de un acontecimiento de este tipo también debería implicar una coordinación multisectorial. Para más información sobre la preparación y respuesta ante brotes de enfermedades y ataques con armas biológicas, consulte las preguntas frecuentes publicadas por la Organización Mundial de la Salud.

Espectro de riesgos biológicos

Coordinación internacional Debido al amplio espectro de peligros biológicos potenciales, los esfuerzos para gestionar los riesgos deben ser multidisciplinares, multisectoriales y, sobre todo, coordinados. Como tal, la CAB se basa principalmente en un enfoque de red basado en la coordinación con organizaciones e iniciativas internacionales, regionales y no gubernamentales con el fin de abordar la naturaleza interconectada de las amenazas biológicas de forma holística. En el marco de la CAB, una mejor coordinación proporcionaría externalidades positivas para la gestión de las enfermedades, sea cual sea su causa. Un enfoque de este tipo garantiza que los recursos se utilicen de forma óptima para proporcionar beneficios a muchos. En este sentido, por ejemplo, la creación de capacidades en todos los sectores para vigilar las enfermedades no sólo refuerza la capacidad de detectar y responder a un ataque biológico, sino que también proporciona a los Estados la capacidad de rastrear y mitigar las enfermedades que se producen de forma natural, mejorando así enormemente la salud pública en todo el mundo.