Desarme y desarrollo sostenible

La violencia armada sigue obstaculizando la paz y el desarrollo sostenible en todo el mundo. Cada día, 100 civiles mueren en conflictos armados a pesar de la protección que ofrece el derecho internacional. El tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras facilita el acceso a las armas por parte de terroristas y otros actores criminales con efectos devastadores para la población civil, incluidas las mujeres y los niños.

El nexo entre seguridad y desarrollo queda bien ilustrado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que reconocen que las instituciones frágiles y débiles amenazan no sólo la seguridad de los Estados, sino también los derechos y la seguridad de las personas y las comunidades.

La proliferación de diversos tipos de armas tiene enormes repercusiones en muchas esferas de la vida humana y de la naturaleza, en relación con múltiples ODS, incluidos los relativos a la paz, la justicia y las instituciones sólidas (ODS 16), la reducción de las desigualdades (ODS 10), el crecimiento económico (ODS 8), la salud (ODS 3), la igualdad de género (ODS 5) y las ciudades y comunidades seguras (ODS 11).

Iniciativas clave

En una resolución anual, la Asamblea General muestra el vínculo entre desarme y desarrollo respaldado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y explicitado en la Agenda para el Desarme del Secretario General, lanzada en 2018.

La Agenda para el Desarme señala cuatro áreas clave en las que el desarme ayuda a lograr una paz y un desarrollo sostenibles. Éstas son

  • Reducir y eliminar las armas de destrucción masiva
  • Reducir y mitigar el impacto de las armas convencionales
  • Permanecer vigilantes ante las tecnologías armamentísticas nuevas y emergentes
  • Revigorizar las instituciones de desarme y asociarse con los gobiernos, los expertos, la sociedad civil, las mujeres y los jóvenes

Los indicadores específicos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) identifican cómo el desarme y el control de armas conducen a sociedades pacíficas e inclusivas, a la justicia y a instituciones fuertes (ODS 16). El indicador 16.4, por ejemplo, especifica la reducción significativa de los flujos de armas ilícitas, que de otro modo instigan, alimentan y prolongan los conflictos armados, el terrorismo y la delincuencia, como una forma importante de medir el progreso. Las muertes por violencia armada pueden reducirse aún más de forma significativa mediante la prohibición y restricción del uso de ciertos tipos de armas, y el establecimiento de controles efectivos de armas y municiones, como se demuestra en el indicador 16.1. El indicador 16.8 mide el compromiso activo de todos los Estados, en concreto de los países en desarrollo, en los debates multilaterales sobre desarme que pueden conducir a resultados políticos más eficaces y sostenibles. Y, por último, el indicador 16.a informa del progreso en el ODS 16 a través del nivel de la capacidad institucional de los Estados para controlar mejor las armas y municiones y para comprometerse en medidas de fomento de la confianza militar.

A través del indicador 16.4.2, la UNODA, junto con la UNODC como co-custodio, recopila datos sobre la "proporción de armas incautadas, encontradas o entregadas, cuyo origen o contexto ilícito ha sido rastreado o establecido por una autoridad competente en consonancia con los instrumentos internacionales".

A través de diversos proyectos y fondos fiduciarios, la UNODA sigue apoyando iniciativas concretas de control de armas pequeñas que fomentan el desarrollo sostenible en todo el mundo. Entre ellas se incluye el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas de Apoyo a la Cooperación para la Regulación de Armamentos (UNSCAR)pero también la recién creada Entidad para Salvar Vidas (SALIENT), que cobró vida junto con el PNUD en el marco del Fondo para la Consolidación de la Paz.